POBRES MENESTERES

Estaba tan acostumbrada a caminar sola.
Que cada vez que algo oneroso acaecía en su vida, 
le costaba horrores pedir ayuda...

Muchas veces...
Hasta le costaba respirar y en otras ocasiones llegaba a dudar de sus habilidades 
e incluso de su fortaleza...

Se había visto en la misma situación.
Sola, dubitativa, cautelosa...

Había aprendido a resolver cualquier problema que la vida le deparase,
porque en el fondo sabía que era muy capaz.
Pero sería taaaaan maravilloso, poder contar contigo... 
¿Pero cómo se hacía eso de pedir ayuda? 

No le preocupaba en absoluto parecer débil o incapaz, 
simplemente había olvidado cómo formular esa pregunta.
Deseaba con todas mis fuerzas que te dieses cuenta.
Y que tú mismo, me ofrecieses tu ayuda...

Hace algún tiempo le hubiese costado más de un enfado, 
alguna que otra discusión, incluso una enorme decepción de sí misma.

Sin embargo, en este momento...
Era absolutamente consciente que la causante de esta situación era ella misma.
Por no saber comunicar sus necesidades, y no de las otras personas por no ser adivinas.

Ya fue...

Mil y un besos.
#CON#

ESPECIFICACIONES PROPIAS

Así me describo...

Mil y un besos.
#CON#

EL SABOR DE TUS BESOS

Del sabor de tus besos...

Tus besos me saben a tarde de domingo en la playa...
Con esa brisa marina que abofetea todo tu ser al cayer el sol,
que te refresca el cuerpo entero en las cálidas tardes de Agosto, 
con ese olor a salado que te recuerda que estás otra vez en casa...
¡¡Cuanto te echo de menos Cádiz!!...

Es que yo siempre he vivido a escasos metros del mar...
Lo recuerdo así, mantita en arena y nada que me de más paz 
que sentarme a leer un buen libro con el sonido del oleaje de fondo...
Levantar la mirada y ver a las gaviotas traviesas paseando por la arena de la Caleta... 

Cada vez que tus labios rozan los míos...
Saboreo lo dulce y plácido de ese momento, 
cuando después de una larga jornada de trabajo, 
vienes a mí y me dejas hundir los pies en las frías sábanas de tu cama,
así sería pasear juntos en la arena de la playa, 
mientras caminamos hacia la orilla y nos vamos mojando...

Cuando ya apenas queda nadie, 
cuando ya se ha ido el sol y el mar se queda desierto...
Después de haber estado abarrotado, 
y así descansamos los dos, serenos, plácidos… 

Después del ritmo frenético de esta vida que no nos da tregua, 
y por fin estamos otra vez aquí, tú y yo...
Y el mar... Testigo siempre de tantas historias, 
a veces de lágrimas, a veces de caricias, de sonrisas… 

Después de todo cuando te beso, después de cuanto te abrazo,
siento que por fin llegue a casa...

Que mi hogar está ahí donde estás tú, que mi descanso llega cuando tu apareces, 
que puedo dormir al fin tranquila en tu regazo porque el mundo esperará y si no, 
pues que no espere...

Tú, tus besos, estás...
Y todo lo demás ya...
Me da igual...

Mil y un besos.

#CON#