INSTRUIRSE EN UN VIAJE

Son las 18:20 de la tarde, aquí comienza mi viaje de regreso a mi estancia de adopción de éste verano, después de una semana de vacaciones en mi Sevilla natal rodeada de mis padres y hermanos... Me espera de nuevo, Puebla de la Calzada, un maravilloso pueblecito de Badajoz de donde es oriundo uno de mis mejores amigos, mi Pedro...


Como muy pocas veces ( por no decir casi ninguna...) llego con veinte minutos de antelación... ¡¡ Cuantas cosas dan tiempo de hacer en veinte minutos!!


Me fui a un cajero, saqué algo de dinero... La advertencia de mamá "casi tres horas sin beber agua" resonaba como "gota malalla" en mi cabeza... ¡ Habrá que comprar agua! 
Para mi sorpresa no me cobran comisión en ese banco que no es el mío... Sonrío de asombro y alegría...


Paro en el típico puesto de estaciones que está repleto de revistas y busco alguna que me "provoque"... Existen ocasiones en las que antojo aprovisionarme de una aunque no suele ser precisamente una costumbre...


Me empiezo a reír sola cuando me doy cuenta que habiendo bajado a los andenes, en el billete no aparece especificado, así que vuelvo a subir con pereza... Pero aun así, retomo el anden muy sonriente, ya tengo ganas de ver a "mi familia adoptiva" pienso... Me recibe en la ventanilla de información una chica muy agradable con una sonrisa preciosa (matizo, al ser higienista dental, mi primera mirada va dirigida a las bocas...Defecto profesional...jaja!!) me indica las tres posibilidades que me pueden llevar a mi destino.


De la misma forma, sonriente, vuelvo a bajar y me siento en el anden nº 21, pudiendo ser 20, 21 y 22, los veo todos desde éste, no se me pierde el autobús... ¡Fijo! jaja!!


Retirando el plástico que envuelve mi nueva revista se acerca a mi un chico joven... Moreno, rapado, da la impresión que su cara está quemada por una larga exposición al sol... Y su sonrisa observo está oscurecida por efecto claro del tabaco... Seguro que por su pinta más de uno lo hubiese esquivado pero nose... A mí me provocó mas pena que otra cosa... Y me pide fuego...


Saqué mi eterno paquete de tabaco, con más de una semana y... ¡¡ aún me quedan al menos 7 u 8, vaaayaaa!! Me sorprendo...


Le dí fuego a lo que me contesta "gracias, ha sido un honor"... Fue entonces cuando me fijé realmente en su cara, tenía en el gesto una mezcla de asombro y aflicción... 
"¿Un honor? ¿quién soy yo para que me digas eso?" le digo con seña de fascinación y tono de admiración total...


Me sonríe y responde... "Acabo de salir de la cárcel y hace años... Que no veo y hablo con una mujer..." Sonrío a la vez que le digo: "Pues cuanto siento que aspires a tan poco..." Ahora reímos los dos...


Seguimos conversando... (de siempre me ha dado la impresión que en la cárcel no tienes a "nadie" con quién hablar, nadie elegido realmente por ti, sino el que hay... Esa persona que por causas está allí igual que tu...) 
"Voy a Isla Cristina, allí me espera mi madre y mi hijo..."
"¡Vaya tienes un pequeño! Yo adoro a los niños, los llamo "mi droga particular"...
Me cuenta que lo dejó con apenas seis meses y que ahora ya tiene 3 años...
"Pues espero que los días se te hagan cortos de querer exprimirlos, aunque seguro que con tu pequeño será así seguro..."


En ese momento, se acercaba un conductor de autobús para decirme que habían cambiado de anden y el mío esperaba ya en marcha en el otro lado... Me despedí de mi "amigo" con una enorme sonrisa diciéndole que ojalá yo pudiera hacer que todo hubiera sido un mal sueño, que ahora debía aprovechar al máximo su tiempo... Su preciado tiempo disfrutara ahora que podía de hijo, de su madre y por supuesto de SU VIDA...


Vino detrás mía hasta el autobús y comencé a subir... Me paré y miré hacia atrás... Encontré unos ojos llorosos y me dijo: "Ojalá hubiese más personas como tu repartidas por el mundo..." "Las hay..." le dije, "Hay mucha, solo espero que no me cojas a mi como ejemplo porque sino...¡¡ vas apañao!! (sonrío...) Tu ahora preocúpate y ocúpate de ser feliz que puedes empezar de nuevo... ¡¡ Mucha surte amigo!!" Con las más grande y hermosa sonrisa que supe esbozar en mis labios...


¡¡Gracias!! Y fue entonces cuando advertí con total hilaridad que su gesto había cambiado...


Mil y un besos.


#CON#