sábado, 1 de enero de 2011

MI PRIMER DÍA

Despertar prematuro... El sosegado proceder del precoz año comienza...
El día de año nuevo suele ser "costumbre" levantarse tarde... Yo, en común con mi padre, poseo la disposición de ser los primeros en levantarnos a diario en mi casa y en días de fiesta... Ídem... Desayunamos juntos, hablando, riendo y recordando mil y una historias del día de ayer...


Fue un final de año que puede definirse como... De consumación ennegrecida... 
La pérdida valiosa de un querido amigo la madrugada de ese último día... 
Hizo enturbiar el serafín color que acicalaba el cariz radiante de esos que eran mis majestuosos últimos días anuales... Aunque en general ostentó un color hermoso muy hermoso... 


En los últimos meses ha cambiado muchísimo mi vida... He conseguido mucho, he gozado y aprendido tanto que mi año se ha cerrado con una configuración global brillante...


Ahora frente a ésta mi pluma virtual, rodeada de mis tres sobrinos revoloteando cerca, en el salón de casa... Y sabida del mejor acompañamiento... Mi maravillosa, enorme y aun adormilada familia... Gustamos ver y disfrutar del concierto de año nuevo... 
¡¡ Me encanta la música clásica!!!


Hoy trataré de conformar con mi incapaz juicio los distintos designios que quisiera fueran propicios para este año novicio... Y así... Leyendo a mi escritor favorito encuentro esta belleza... Seguiré en la tarea, mientras tanto, os animo a leer esto...



MANUAL DE CONSERVAR CAMINOS

1] Al principio del camino hay una encrucijada. Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: “¿El camino que elegí era el correcto?”
2] El camino no dura para siempre. Es una bendición recorrerlo durante algún tiempo, pero un día terminará, y por eso debes estar siempre listo para despedirte en cualquier punto. Por mucho que te deslumbren determinados paisajes, o te asusten ciertos trechos donde hay que esforzarse especialmente para seguir en pie, no te aferres a nada. Ni a los momentos de euforia, ni a los interminables días en los que todo parece difícil, y el progreso es lento. Más tarde o más temprano llegará un ángel, y tu jornada habrá llegado a su término. No lo olvides.
3] Honra tu camino. Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetas el suelo que pisas, este mismo suelo respetará tus pies. Haz siempre lo más adecuado para conservar y mantener tu camino, y él hará lo mismo por ti.
4] Equípate bien. Lleva un rastrillo, una pala, una navaja. Entiende que para las hojas secas las navajas son inútiles, y que para la hierbas muy enraizadas los rastrillos son inútiles. Conoce siempre qué herramienta hay que emplear en cada momento. Y cuida de ellas, porque son tus mayores aliadas.
5] El camino va hacia delante y hacia atrás. A veces es necesario volver porque se perdió algo, o porque un mensaje que debía haber sido entregado se quedó olvidado en un bolsillo. Un camino bien cuidado permite que puedas volver atrás sin grandes problemas.
6] Cuida del camino antes de cuidar de lo que está a su alrededor: atención y concentración son fundamentales. No dejes que las hojas secas del borde del camino te distraigan, ni que la manera como los otros cuidan sus propios caminos desvíe tu atención. Usa la energía para cuidar y conservar el suelo que recibe tus pasos.
7] Ten paciencia. A veces es necesario repetir las mismas tareas, como arrancar las malas hierbas o cubrir los agujeros que surgieron tras una lluvia inesperada. Que esto no te enfurezca, pues forma parte del viaje. A pesar del cansancio, y a pesar de las tareas repetitivas, ten paciencia.
8] Los caminos se cruzan: las personas pueden explicar el tiempo que hace. Escucha los consejos, pero toma después tus propias decisiones. Tú eres el único responsable del camino que te fue confiado.
9] La naturaleza sigue sus propias reglas: por lo tanto, tienes que estar preparado para los súbitos cambios del otoño, para el hielo resbaladizo del invierno, para las tentaciones de las flores en primavera, y para la sed y las lluvias del verano. En cada estación, aprovecha lo mejor que te ofrezca, y no te quejes de sus particularidades.
10] Haz de tu camino un espejo de ti mismo: no te dejes influir en absoluto por la manera como los demás cuidan de sus caminos. Tú tienes un alma que escuchar, y los pájaros transmitirán lo que tu alma quiere decir. Que tus historias sean bellas y agraden a todo lo que tienes en torno. Sobre todo, que las historias que cuente tu alma durante la jornada se reflejen en cada segundo del recorrido.
11] Ama tu camino: sin este principio, nada tiene sentido.


Os felicito el año, espero que os obtengáis lo mejor... 
Sobretodo Salud y a raíz de eso... Toooooodo lo demás... jaja!!
Y que siempre, siempre... Cada uno de vuestros días tengáis un motivo maravilloso por el que sonreír y aprendáis a disfrutarlo...
Gracias a todos por hacer que éste año fuera soberbio... ¡¡ Gracias, gracias, gracias!! 
¡¡ Os adoro!!

Mil y un besos.

#CON#

1 comentario:

Juanma González Noguer dijo...

Considero, y corrígeme si me equivoco, que en realidad lo bonito de todo esto que llamamos vida no es el camino en sí, sino todas las cosas que encuentras en él; sobre todo esas que hacen que te detengas, mires, pienses y te preguntes cómo has llegado hasta allí, si ha merecido o no la pena encallar las plantas de tus pies y llenarlas de barro o si merece la pena avanzar... aquellas cosas que son capaces en cualquier momento de volver a tu memoria y hacerte revivir un momento pasado como si dejase de estar allí y volviese a ser presente... ¿sabes una cosa? Es maravillo encontrar en el camino a personas que te recuerden que aun existen las cosas buenas porque sí, que te recuerden que no todo tiene un motivo o una razón y que no todo tiene recompensa más allá de lo que podamos sentir a través de la piel o que pueda ponernos los vellos de punta. Daría gran parte de mi patrimonio, que se dice pronto, por cruzar día a día la mirada con personas como tú, personas que pueden hacerte sonreir con solo una mirada o personas que te recuerdan que el amor por los demás y por todo lo demás no es más que eso, amor, y como tal no tiene razón de ser ni recompensa, sino una entrega de brazos abiertos que hace recuperar el aliento día tras día y seguir adelante. Creo que si llegamos a entender todo esto, podremos caminar lo que nos echen...

Muchísimos besos preciosa.